La guerra hace extraños aliados, y eso se vuelve a hacer cierto con el singular acuerdo al que han llegado Intel y AMD, rivales absolutos en el terreno de los procesadores de sobremesa que ahora unirán fuerzas para luchar contra un enemigo común: NVIDIA.
Estas empresas han anunciado el desarrollo de un chip que combinará una CPU de Intel con una GPU de AMD, combinando las dos áreas en las que estos gigantes de los semiconductores destacan especialmente. Estos nuevos SoC estarán destinados a portátiles ultraligeros pero con la suficiente capacidad para poder jugar a la mayoría de los videojuegos actuales sin muchos problemas.
Ultraportátiles para gamers
Un portavoz de AMD confirmó ese proyecto y aseguró que el futuro chip será especialmente atractivo para los que quieren jugar en portátiles, pero además destacó que el desarrollo no competirá con los Ryzen para portátiles que acaban de ser anunciados.
Muchos fabricantes optan por integrar esas GPUs junto a los procesadores de Intel, pero esta última empresa quiere dar una alternativa junto a AMD que hará que ambas puedan ganarle terreno y cuota de mercado a su rival.
Una solución con un nuevo formato: EMIB
Directivos de Intel y AMD revelan que este SoC será una «evolución» de los chips Intel de octava generación, y en concreto de su familia H (TDP de 35 y 45W, destinados por tanto a portátiles ambiciosos).
Más que un SoC, hablan de un SiP (System-in-Package), un tipo de chip que haría uso de la tecnología EMIB (Embedded Multi-die Interconnect Bridge) en la cual se aglutinan la CPU de Intel, la GPU de AMD y además la memoria HBM2.
LOs portátiles que hagan uso de este tipo de solución tendrán un precio algo más elevado que los portátiles y convertibles convencionales, y según uno de los portavoces de AMD los precios se situarían en un rango que iría de los 1.200 a los 1.400 dólares. Esos portátiles no obstante reducirán el grosor medios de los equipos de gaming de los 26 mm tradicionales a los 16 mm e incluso 11 mm en algunos casos.
El chip podría aparecer en el primer trimestre de 2018, lo que significaría que podríamos contar con los primeros equipos portátiles basados en estos procesadores poco después, quizás en el segundo trimestre de ese año.